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A estas personas se les ve caminar despacio si es que pueden. Algunos ya casi no ven. Hay Algunos que son los oídos lo que les falla cada vez más. Pero como usted sabe, esto es común a su edad, son personas frágiles. Y si de algo estoy seguro es que son gente auténtica.
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La piel arrugada y el cabello blanco, son señas de travesía temporal por este mundo de alegrías y tristezas. Los ancianos, mis amigos y amigas, compañeros de relatos y horas de espera sin prisa.
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Los lugares en que se cuidan a estos ancianos, son muy importantes para la identidad de un pueblo. Nunca podemos olvidar, ¿que es lo que somos?, ni tampoco que fue lo que fuimos. A pesar de las limitaciones que enfrentan estos centros de ayuda comunal. Las personas que trabajan y colaboran allí, ponen su mejor desempeño de manera solidaria.
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Esa es una de las razones por las cuales Don Alfonso Mora, residente de este hogar de ancianos, planeo su retiro y se vino a vivir a este centro desde hace tres años. Todavía Don Alfonso no se explica como es que la gente no cuida a sus viejitos, él aun se encuentra macizo, pero sabe del maltrato que sufren otros ancianos que ya no pueden verse por si solos en este tipo de centros.
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Si usted tiene un anciano en su hogar, recuerde que tiene derecho a ser respetado, tienen opiniones y necesita mucho afecto. Es mejor que no le imponga condiciones y ofrezca consentirlos con amor. No se pierda la oportunidad de llenarse vida. Manos que dan nunca estarán vacías. Tenga pendiente que el Hogar de ancianos de San Ramón tiene muchas necesidades que usted puede solventar auque sea compartiendo un ratito con ellos.
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Son cuarenta y cuatro ancianos los que viven en este hogar y todos ellos anhelan su visita aunque usted no sea familiar. Si usted llega a este acilo sin duda le harán sentir bien y le verán como si fuera un familiar cercano.
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Todos los días de 2 a 4 de la tarde, el hogar recibe a las personas que desean conocer el sitio y su gente. Recuerde que nadie esta librado de envejecer y pronto seremos nosotros, los que necesitemos ayuda para comer, caminar y morir.
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La piel arrugada y el cabello blanco, son señas de travesía temporal por este mundo de alegrías y tristezas. Los ancianos, mis amigos y amigas, compañeros de relatos y horas de espera sin prisa.
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Los lugares en que se cuidan a estos ancianos, son muy importantes para la identidad de un pueblo. Nunca podemos olvidar, ¿que es lo que somos?, ni tampoco que fue lo que fuimos. A pesar de las limitaciones que enfrentan estos centros de ayuda comunal. Las personas que trabajan y colaboran allí, ponen su mejor desempeño de manera solidaria.
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Esa es una de las razones por las cuales Don Alfonso Mora, residente de este hogar de ancianos, planeo su retiro y se vino a vivir a este centro desde hace tres años. Todavía Don Alfonso no se explica como es que la gente no cuida a sus viejitos, él aun se encuentra macizo, pero sabe del maltrato que sufren otros ancianos que ya no pueden verse por si solos en este tipo de centros.
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Si usted tiene un anciano en su hogar, recuerde que tiene derecho a ser respetado, tienen opiniones y necesita mucho afecto. Es mejor que no le imponga condiciones y ofrezca consentirlos con amor. No se pierda la oportunidad de llenarse vida. Manos que dan nunca estarán vacías. Tenga pendiente que el Hogar de ancianos de San Ramón tiene muchas necesidades que usted puede solventar auque sea compartiendo un ratito con ellos.
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Son cuarenta y cuatro ancianos los que viven en este hogar y todos ellos anhelan su visita aunque usted no sea familiar. Si usted llega a este acilo sin duda le harán sentir bien y le verán como si fuera un familiar cercano.
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Todos los días de 2 a 4 de la tarde, el hogar recibe a las personas que desean conocer el sitio y su gente. Recuerde que nadie esta librado de envejecer y pronto seremos nosotros, los que necesitemos ayuda para comer, caminar y morir.
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