Decir que soy ramonense, es despertar emociones, los que ya se fueron, los que están y los que se irán, están plasmados en nuestro personaje de hoy, Don Virgilio Hernández, un artista en escenario.
Desde la tranquilidad de su casa y sin pensarlo, el poeta Don Virgilio, nos invitó a entrar en la historia de su vida, a viajar unos minutos por el tiempo y a recordar de donde viene y hacia donde va.
Para mil novecientos dieciséis (1916). San Isidro se viste de gala con la llegada de un personaje singular. Virgilio Hernández Ramírez ha nacido.
Casi un siglo después y con los hombros un poco caídos, ha superando las pruebas que le pone la vida. El no sabe porque Dios lo ha ayudado tanto a su edad, cumple 93 años el 21 de mayo (2008).
A pata pelada y con un montón de hermanitos, llegaba a la escuela de San Isidro. Cuando venia el supervisor José Joaquín Salas Pérez, cantaban en honor a su presencia.
Así comienzan muchos sueños, inspirados por personajes que marcan nuestras vidas. Apenas con nueve años, don Virgilio sale de San Isidro, llevándose las ganas de transcribir los poemas que le dictaba su corazón.
El la paz se trabajaba como los “hombres”, y con mucho orgullo Don Virgilio se ensuciaba las manos con la tierra que le dio de comer por más de 60 años. Él era jornalero y si no le daban trabajo pedía prestado para sembrar y poder comer y cómo dice Don Virgilio para pasarla bien.
Pica leña, hace mandados y lee sin anteojos. Todavía lo vemos caminar desde San Pedro a San Ramón, donde vive desde hace más de treinta años.
Don Virgilio nunca ha dejado de aprender. Cuando se creó la Universidad de Costa Rica allí llegaba como lo hace hoy, para reportarse como el alumno mayor. Y es que fue así como una profesara en aquel tiempo le nombró poeta por sus escritos románticos.
Cuando nos fuimos de su casa, quedó sentado a la par de Rosita su esposa. Dice que su esposo es muy bueno pero no para de hacer bulla. Virgilio mientras tanto se quedo diciendo:
“Ya se fueron las noches de abril, ya llegaron las noches de mayo
aunque pasen y pasen los años, yo de ti estoy enamorado.
Lo que pasa es que estás en la silla, pues así sufrimos los dos,
en este mundo hay que tener paciencia porque son cosas que manda el creador
Yo nací en el mes de mayo nací en el mes de las flores
aunque rodeado esté de mujeres, me hace falta el calor de tus amores.
Ya pasamos las bodas de oro, ahora siguen las bodas de luto
y si yo muriera primero, allá en el cielo te espero corazón.
Por Virgilio Hernández.